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El verdadero líder.

13.03.2012 10:59

A la hora de decir que X jugador es la estrella de un equipo, la gente suele mirar las estadísticas. Y eso está bien, pues un jugador que anota 25 puntos aporta más a su equipo que uno que anota 13. Eso está claro. Pero el líder, el alma del equipo, no siempre es el que figura como estrella o como jugador más mediático. Estoy hablando del equipo de Florida, los Miami Heat. Todo, o casi todo el mundo está de acuerdo cuando se dice que LeBron James es el mejor jugador de la franquicia. A mí, pese a que LeBron no me cae nada bien, estoy totalmente de acuerdo con que LeBron es uno de los tres mejores jugadores de la Liga. Esa es la realidad y quién no la quiera ver es que está ciego por el odio hacía el de Akron.

Pues bien, las críticas a LeBron suelen estar presentes en casi todos los días de su carrera, en parte por la decisión que tomó al dejar su estado natal y su equipo, los Cavaliers, para ir al proyecto más ambicioso, el de Miami, que juntó a tres superestrellas para asaltar el anillo. Que si Jordan nunca se juntó con Magic y Olajwuon para ganar el anillo, que si Jordan era un verdadero ganador... Pero las ansias de ganar de 'King' fueron mayores que las ganas de superar a Jordan. ¿Criticable? Claro, no puede gustar a todos -a mi tampoco me gustó, vale decirlo-, pero cada uno hace lo que cree conveniente y es respetable. 

Dwyane Wade, el que es el mejor jugador de la historia de los Miami Heat, quedó en un segundo plano tras la llegada de James y Bosh, aunque había seguido superando la veintena de puntos con facilidad y había seguido sieno un crack. Aunque estaba perdiendo una cosa: El liderazgo de un equipo y de un vestuario. Y eso sí que no lo podía permitir. Sacrificar puntos y protagonismo para ganar un anillo sí, dejar de ser la figura líder de un vestuario en el que lleva desde el 2003; imposible. 

Y esta temporada no estaba siendo tan buena para Wade. Empezó promediando "solo" 18 puntos por partido aunque últimamente ha ido subiendo hasta 22,5. Y las críticas a LeBron iban creciendo. ¿Por qué? Porqué dicen que King no sabe definir partidos, que James no es como Bryant o como Jordan, jugadores que hacían ganar a su equipo en el último segundo. Eso era muestra de liderazgo. Está claro. Y las críticas se acrecentaron cuando esta temporada LeBron no quiso tirar en el último segundo dándole el balón a Udonis Hasleem, y que ese fallase. Y la culpa no fue de el pívot Heat, fue de LeBron por no jugarsela. Wade, como siempre desde la llegada de LeBron, estaba siendo discreto. Pero hace unos días, decidió marcar territorio; decidió dejar de ser el escudero de James para coronarse como "El líder de los Heat". Como en el 2006, cuando consiguieron el anillo con O'Neal. Como siempre. Wade seguiría siendo el jefe del vestuario y el alma del equipo aunque el propio Jordan rejuveneciese y llegase a los Heat. Esta claro. Y no falló.

Todo ocurrió en Miami hace 3 días. Miami e Indiana empatando a falta de 30 segundos. 91-91 y los Heat tenían la posesión. LeBron, como estrella, botando. Al límite de los 24 segundos, 'King' decide jugarse un triple, en parte para hacer ganar a su equipo, en parte para acallar a sus detractores. Pero falló, de nuevo. Aunque esta vez no fueron los Pacers los que cogieron un rebote y lanzaron un contrataque como ya pasó días atrás en Utah. Ahora fue Udonis Hasleem -el mismo que falló el otro día el tiro decisivo-, el que cogió el rebote y el que se la pasó a LeBron. Y Wade, harto, le ordenó a 'The Choosen' que le pasase el balón. Él era, es y será el capitán espiritual de los Heat, así que ÉL, DWYANE WADE, se jugaría el último tiro. James, obediente, le pasó el balón a su compañero. Y Wade a falta de 5 segundos empezó a acercarse a la zona rival. Lo defensaba un Paul George que intentaba mostrarse seguro, pero al que la presión le pudo. Wade entró dentro de los 6,75 y se dispuso a tirar. 3 segundos. Finta de tiro. George salta, choca contra Wade. Dwyane tira golpeandose con el cuerpo del Pacer, y a falta de 00:3 décimas... CHOF. El balón entra en el aro. Sí, el balón entra y el crack de los Heat corre hacía la grada y con los dedos señala el parque. Para muchos, este movimiento solo fue un movimiento más, dejandose llevar por la euforia. Pero para mí, ese no fue un simple gesto por parte del escolta. Ese gesto, señalar la pista con los dedos y gritar vino a ser un: "Este es mi territorio. Sigo siendo el líder". Y ahora me diréis, pero qué dice este. Quizá sólo sea un loco más; quizás no. Quizá haya podido leer lo que Wade insinuaba.

Lo que sí está claro es que Wade se la jugó una vez y no falló, cosa que no ha hecho LeBron. La estrella y el que estará enfocado por los focos permanentemente será el dos veces MVP, LeBron James. Pero el líder de el máximo favorito para ganar el anillo es Wade. Y siempre lo será. Hasta el final.

 

 

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