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El caso Harden

08.11.2012 10:56

Un traspaso ha estado en boca de todos los seguidores de la NBA en la última semana. No es el de Nash, no es el de Howard; es la operación que ha llevado a James Harden a Houston Rockets. Vamos a intentar analizar la situación:

James Harden, subcampeón de la NBA la temporada pasada con Oklahoma City Thunder y nombrado Mejor Sexto Hombre, campeón olímpico este verano con el USA Team. Promedios de 16'8 puntos, 4'1 rebotes y 3'7 asistencias en 21'13 minutos le convertían en el jugador más determinante saliendo desde el banquillo de toda la liga. Su aportación fue clave para que una franquicia tan joven como los Thunder hiciera una temporada tan espectacular, que el grito de 'Thunder Up!' sonara con fuerza en todo el panorama baloncestístico internacional, y que su barba fuera temida por cada rival al que se enfrentaba.

Entonces, ¿por qué lo han traspasado? La respuesta es sencilla: dinero. Todos y cada uno y de los equipos de la NBA estarían encantados de tener a Harden en su plantilla, y él lo sabía. En la renovación de contrato que le ofrecieron los Thunder, el salario que le ofrecían no era ni mucho menos lo que Harden esperaba, y lo rechazó. Pero el del escolta no era el único contrato que la franquicia del estado tempranero tenía que renovar para mantener el bloque que tan cerca estuvo de alcanzar la gloria hace apenas unos meses: Serge Ibaka firmaba en agosto un nuevo contrato que se extendería cuatro años más y por el que percibiría 48 millones.

Esta nueva jerarquía económica significaba que Harden debería acceder a cobrar menos de lo que él pretendía para seguir en los Thunder, ya que Ibaka, Perkins, Durant y Westbrook ocupaban la inmensa mayoría del espacio salarial establecido para cada equipo. Los máximos dirigentes de la franquicia le ofrecieron un contrato por 53 millones, pero lo rechazó sin miramientos.

Pero los Rockets, que ya sorprendieron ofreciendo un gran contrato a Jeremy Lin a principios de verano, sacaron la chequera y cubrieron con creces las expectativas económicas del angelino: 80 millones por cinco temporadas y la barba más famosa de la NBA llevaría su talento al estado de Texas. Houston sale, sin duda, beneficiado por este traspaso y, de este modo, Harden pasa de ser sexto hombre a jugador franquicia.

La temporada ya ha comenzado, y los primeros partidos pueden ser una buena muestra de si la decisión de los Thunder ha sido acertada o no. Oklahoma tiene un récord de 1-1, mientras que los Rockets llevan 2-0, con sendas actuaciones espectaculares del escolta: 37 puntos y 12 asistencias en su debut, y 45 puntos -máximo de su carrera deportiva- en el segundo partido en Atlanta. En resumen, Harden ha llegado a salvar con creces un proyecto que, hace diez días, estaba aparentemente muerto con Lin y Asik como jugadores más destacados.

La cuestión es: ¿mereció la pena ofrecer ese contratazo a Ibaka y dejar marchar a Harden? 9'1 puntos y 7'5 rebotes de media fueron las credenciales del pívot congoleño nacionalizado español para renovar por la ya mencionada cantidad de dinero. Ibaka tiene uno de los mejores saltos de la liga, pero su aportación ofensiva es prácticamente nula, y defensivamente a veces su colocación no es buena.

En mi humilde opinión, Oklahoma se ha equivocado totalmente. Sólo el tiempo y los éxitos de cada equipo marcarán si fue un error o no. Pero cuidado, un aviso a todos los equipos NBA: una barba anda suelta.

 

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